El desafío ya no es solo controlar. En un cultivo sensible como el maní, cada aplicación obliga a encontrar un equilibrio entre eficacia y cuidado de la hoja para no comprometer el rendimiento final. El dilema a campo aflora: ¿controlar o cuidar? En el manejo sanitario del maní, una pregunta se repite campaña tras campaña: ¿cómo lograr controles eficaces sin pagar el costo del daño al cultivo? Herbicidas, fungicidas e insecticidas son indispensables, pero mal aplicados (o en condiciones exigentes) pueden generar estrés, manchado foliar y pérdidas fisiológicas que acompañan al cultivo hasta la arrancada. En muchos planteos, productores y asesores se enfrentan a una decisión incómoda. Ajustar dosis y mezclas para asegurar control, aun sabiendo que el follaje puede resentirse, o priorizar el cuidado del cultivo asumiendo riesgos sanitarios. Desde el trabajo diario a campo, los técnicos observan que el impacto de una aplicación no termina cuando se apaga la pulverizadora. Las lesiones foliares reducen área fotosintética, facilitan el ingreso de patógenos y debilitan plantas que necesitan llegar íntegras a los momentos finales del ciclo. Repensar el rol del adyuvante Tradicionalmente, el adyuvante fue visto como un complemento orientado exclusivamente a mejorar la calidad del caldo. Sin embargo, la experiencia en maní mostró que eso ya no alcanza. A partir de estas observaciones técnicas, Rizobacter impulsa el concepto de adyuvante funcional fitoprotector: una herramienta que no solo acompaña la eficacia de los fitosanitarios, sino que también actúa sobre la fisiología del cultivo para reducir el estrés generado por aplicaciones intensivas. Rizospray Pro Maní: una respuesta concreta al problema Desarrollado específicamente para el cultivo de maní, Rizospray Pro Maní integra la optimización de la aplicación —asegurando la estabilidad del caldo y el correcto desempeño de los productos— con una acción fitoprotectora orientada a minimizar la fitotoxicidad y el manchado foliar en momentos críticos del ciclo. Esta doble función responde a una necesidad detectada a campo: sostener la eficacia de control sin comprometer la integridad del cultivo. *Imagen de comparativa a campo: a la izquierda, manejo sin Rizospray Pro Maní; a la derecha, con Rizospray Pro Maní. El uso del adyuvante funcional fitoprotector reduce de manera notable el manchado foliar, favoreciendo un cultivo más sano hasta fin de ciclo. *Imagen donde se aplicó Rizospray Pro Maní: un cultivo que conserva su área foliar activa llega mejor al arrancado. Hojas sanas y verdes reflejan un manejo que protegió al maní durante todo el ciclo, clave para expresar su máximo potencial. Beneficios que el técnico reconoce en el lote La incorporación de un adyuvante con función fitoprotectora se traduce en cultivos con menor daño foliar, incluso bajo condiciones de altas temperaturas o ante la aplicación de mezclas complejas. Esta protección permite conservar el área fotosintéticamente activa, evitando pérdidas asociadas a necrosis o manchados, y contribuye a reducir la incidencia y severidad de enfermedades como la viruela, al limitar las lesiones que actúan como vías de ingreso para los patógenos. El resultado se observa en plantas más íntegras al momento del arrancado, con beneficios que no se expresan solo en la aplicación, sino en la estabilidad del cultivo a lo largo de todo el ciclo. Una herramienta alineada al maní de hoy En un sistema manicero cada vez más exigente, proteger la fisiología del cultivo se vuelve tan importante como el control. Con Rizospray Pro Maní, Rizobacter propone una nueva forma de pensar el uso de adyuvantes: como aliados en la protección del cultivo y en la eficacia de la aplicación. ¿Querés asesoramiento y stock para tu campo? Accedé acá